Entre flores y perfumes

Hola a todas y todos, somos María, Rebeca y Dafne y os vamos a contar lo bien que lo pasamos colocando el escaparate de perfumería Chorima.

Lo primero fue descargar todo el material del coche (esas macetas llenas de cemento pesaban... bastante) y llevarlo a la tienda. 

Mientras una colocaba, las otras dos opinábamos desde fuera: un poco a la derecha...,  menos, un poco más... Nos llevó un rato pero no paramos hasta que quedó perfecto.

En la zona de la izquierda, al lado de la puerta, pusimos la estantería de cajas, adornada con una guirnalda de flores. Y también más flores salpicando el césped.

Colocar la regadera, darle la inclinación perfecta, también nos llevó un buen rato.

Al césped le dimos muchas vueltas. Finalmente, decidimos cambiarlo por uno más claro y que daba más luz y alegría. Volvimos otro día, sacamos todo, pusimos el nuevo suelo  y volvimos a colocar cada cosa en su sitio. Pero valió la pena, ¡quedaba perfecto! Si os fijáis en la foto siguiente, veréis la diferencia.

Un último vistazo desde fuera nos hizo comprobar que todo estaba como lo habíamos imaginado, o mejor porque los frascos de perfume eran reales y muy bonitos. Nos gustaba mucho, mucho.

Carmen, la dueña de Perfumería Chorima, nos ayudó un montón con la elección del producto a colocar y con sus buenos consejos. Nos dedicó mucho tiempo y se lo agradecemos de verdad.

Y ahora, a por el siguiente. Hasta pronto, 

María Castro, Rebeca Martínez y Dafne Ioannu.

Nuevo escaparate de primavera

Después de nuestra primera experiencia con un escaparate real, nos llegó un segundo encargo: el escaparate para perfumería Chorima de Arzúa. 

Con la llegada de la primavera ya surge la inspiración: miramos a nuestro alrededor y ya lo tenemos. Flores, flores y más flores. Diversos colores, pero suaves como los perfumes que se iban a exponer en el escaparate. 

Temperatura, humedad y luz se conjugan para que broten las representantes de la primavera. Telas, cartulinas, un poco de cola y ... ¡a trabajar!

Queríamos representar el jardín que habíamos soñado, con grandes y hermosas flores muy bien cuidadas, otras más pequeñas y sencillas, pero todas imprescindibles para dar vida a cada perfume. Y una regadera vestida de gala, y una carretilla, y un césped suave…

Y ¿cómo hacer unas flores que fuesen delicadas, preciosas y, al mismo tiempo, suficientemente fuertes como para sostener un frasco de perfume? No fue fácil pero lo conseguimos. La estructura tenía que ser de madera pero el acabado tenía que tener la suavidad de la tela. Había que combinar ambos materiales. Hicimos los pétalos de tela pegada sobre cartulina para darle consistencia. La parte central y el tallo eran de madera forrada de tela.

Por ahora solo os vamos a mostrar cómo fue quedando nuestro trabajo pero estamos preparando un vídeo con las explicaciones porque el resultado es tan sorprendente y especial que se merece un tutorial.

Hasta pronto,

Sole Gómez y Miriam Casal.